Si la razón es una brújula, las pasiones son los vientos
Alexander Pope
Hoy hace un año de la detención de nuestra compañera, que el 13 de abril de 2016 fue secuestrada por los mossos d’esquadra en una operación conjunta con la policía alemana y que actualmente se encuentra en la cárcel de Köln en prisión preventiva, mientras se celebra el juicio contra ella y otro compañero, (en la cárcel de Aachen), acusados de atracar una sucursal del Pax-Bank en Aachen en noviembre del 2014.
Además, la compañera holandesa que en diciembre pasado fue absuelta de la acusación de haber expropiado una sucursal del Aachener Bank en 2013, sigue a la espera de si se admite, o no, el recurso interpuesto por la fiscalía.
Durante el juicio que actualmente se desarrolla hemos podido observar con claridad la utilización de todos los mecanismos de control que los aparatos represivos del Estado tienen a su disposición (teléfonos intervenidos, seguimientos policiales, intercambio de bases de datos de ADN, grabaciones de cámaras de vigilancia, informes biométricos, ayuda de varios expertos del ámbito universitario a los laboratorios forenses, colaboración entre funcionarios de varios Estados, etc.) para garantizar el “funcionamiento normal” de una sociedad que detestamos. Una sociedad basada en la dominación capitalista y la opresión, el control de todos los aspectos de nuestra vida, la alienación consumista y la miseria de una mayoría en beneficio de unos pocos privilegiados.
Poco nos importa que las acusadas sean responsables o no de lo que les imputan, toda nuestra complicidad con aquellos que desafían las lógicas de la propiedad privada y de la explotación y arriesgan su libertad para una vida más plena.
Tampoco nos importan sus categorías de inocentes o culpables. Para mantener la paz social, el poder apunta en primer lugar contra algunos “sospechosos habituales” y castigándoles trata de dar ejemplo a todos los potenciales refractarios que en su momento puedan oponerse al Sistema. Y con la permanente amenaza de “fichaje, vigilancia, procesamiento y cárcel”, el Estado trata de romper los vínculos solidarios entre los corazones rebeldes que frente a la imposición de las fronteras y los barrotes se reconocen en una misma lucha hacia la libertad.
¡Ni inocentes, ni culpables! ¡Solidaridad rebelde e internacionalista!
¡Que no se sientan solas en la última fase del juicio! ¡que sientan nuestro calor y amor rebelde!
¡Por la destrucción de los bancos, de las cárceles y de la sociedad que los necesita!
Algunas anarquistas, 13 de abril de 2017