El día 7 de junio ha finalizado el juicio contra las compañeras acusadas
de atracar la sede del Pax Bank en Aachen, en noviembre del 2014.
A los 5 minutos de estar en la sala, el juez dictó la sentencia antes de
sus alegatos: absolución para el compañero que estaba preso en Aachen y
condena de 7 años y medio para la compañera presa en Köln.
Pese a la tensión que en ese momento se creó en la sala, dónde estábamos
unas cuarenta solidarias mostrando nuestro apoyo, el juez siguió durante
las 2 horas siguientes el alegato y aclaración de esta sentencia.
En el caso del compañero se trató de una absolución «in dubio pro reo»
ya que la fiscalía no pudo demostrar de forma clara su participación en
los hechos.
Para la compañera, en cambio, este mismo principio no fue considerado
válido, a pesar de que ningún testigo la reconoció,de que el supuesto
ADN hallado en una bolsa estaba fuera del banco, y de que el experto
biométrico (llamado a declarar por la propia Fiscalía) dijo que tanto
podia ser la acusada como no serlo.
El juez consideró de forma totalmente subjetiva que la persona captada
en las telecámaras del banco llevaba la misma chaqueta encontrada en el
bolso con su ADN y desestimó que esta chaqueta pudiera haber llegado a
Aachen con el ADN de la compañera de otra forma. El hecho de que no se
pudieran encontrar rastros del pasaje de la compañera por estas zonas,
el juez lo ha considerado prueba de una buena planificación; con la
misma razón ha sido argumentado el hecho de que la bolsa fuera
encontrada fuera del banco (y no muy lejos)y no en su interior.
El hecho de que fueran 4 las muestras que según los expertos se
encontraron en la bolsa en distintos objetos es otra prueba, según el
juez, de su culpabilidad. No se tuvo en cuenta la posibilidad del
traspaso de ADN por contacto entre las piezas, que la defensa argumentó
desde el principio.
Más allá de los argumentos técnicos, el juez (gracias a la avasallante
aportación de la Fiscalía) ha dado mucha importancia a las ideas y a la
actitud firme y no colaboradora de la compañera, para justificar aún más
su condena.
El hecho de ser anarquista, de moverse en un contexto de vínculos y
complicidades internacionales, y la solidaridad recibida han sido
argumentos que el juez ha considerado claves: por un lado por que la
expropiación se considera una práctica históricamente aceptada y/o
practicada -entre otros- por los anarquistas de diferentes países y
épocas; y por otro lado por que la compañera no ha tomado distancia de
estas prácticas. Pese al archivo de Pandora I, el juez ha hecho
referencia a la posible financiación de GAC y/o otros proyectos
anarquistas. La sensación con la que muchas de nosotras nos hemos
quedado tras la sentencia, ha sido, más allá de los tecnicismos, la
necesidad del juez frente al Poder y la prensa de encerrar a la
compañera para condenar no solo sus ideas sino también las del
movimiento anarquista y también la necesidad de que alguien tenía que
ser condenado por estos casos (incluido el de la compañera holandesa)
Al final de la argumentación del juez, antes de que se llevaran a la
compañera otra vez a la cárcel de Köln, las solidarias presentes
intentaron, aunque solo fuera a gritos, transmitirle todo el apoyo, la
fuerza y la rabia por su condena.
La compañera fue llevada de la sala con la cabeza y el puño en alto.
Pese a la felicidad de poder abrazar al compañero liberado, nos queda
mucha rabia por no poder estar con ella en la calle, continuando la
lucha.
En un plazo máximo de 3 meses saldrá la sentencia escrita y de allí se
interpondrá un recurso que podrá tardar hasta un año en resolverse.
Mientras tanto, seguimos invitando a la solidaridad con todos los medios
que se consideren oportunos y a escribir a la compañera:
Lisa, nº 2893/16/7
Justizvollzuganstanlt (JVA) Köln
Rochusstrasse 350
50827 Köln (Germany)